Acrobátic Press Pixapins nest
El ya Doctor Woody Allen, hizo ayer realidad gracias a cuatro “recojidos”, su sueño de juventud: "Ahora no solo soy un cineasta europeo, sino que también soy el producto de una universidad", dijo minutos después de recibir una medalla (honoris causa) de una universidad Barcelonesa. Este es el único reconocimiento académico que le han ofrecido en sus 72 años de dilatada vida y que por supuesto ha aceptado rápidamente.
Frases célebres:
"Rodar en Barcelona es un sueño hecho realidad y una de las experiencias cinematográficas más excitantes de mi vida". (Ensayada repetidamente en el Hotel Arts para forzar la baba de los que iban a asistir al evento).
"Este es un momento muy inusual en mi vida" (Gag mediático), confesó rodeado de formalidad académica.
"Nunca querría pertenecer a un club que me aceptara a mí como socio", dijo tomando prestada la frase original de Groucho Marx.
Sin embargo y quizás por la suculenta subvención del gobierno autonómico local (dinero de todos) por rodar en “Pixapins Nest”, ayer traicionó el fantástico lema de Groucho (ya que nunca creyó que nadie le regalaría un doctorado) y recibió muy forzado "el abrazo fraternal de los que estamos honrados de ser sus hermanos, hermanas y colegas", (palabras del rector funcionario de turno, Josep Joan Moreso). Siguió con su mala cara y no pudo reprimir cierta incomodidad durante el canto del himno universitario, Gaudeamus igitur.
El super-profesor Antonio Monegal, con los pies en el suelo, fue mucho más realista, alabó su sentido del humor "porque nos muestra la absurdidad de las cosas" y lo devolvió del Olimpo definiendolo simplemente como un "filósofo popular". (Los hay a miles).
Para tan solemne acto, el Dr. vistió un traje de chaqueta azul marino, pantalones color crema, a juego con la camisa, y sin corbata. Su esposa, Soon Yi Previn, le escuchó desde la segunda fila bostezando desconsoladamente.
Al acto asistieron miembros de la comunidad universitaria, que gracias a la poca relevancia del evento prescindieron de togas y birretes.
Tras la investidura, la pareja por fin huyó, se montaron en un Mercedes plateado (Buga oficial) y se desplazaron hasta el cercano Hotel Arts para asistir a una cena con amigos donde disfrutan del más caro apartamento en el último piso, con todos los gastos pagados por “La city” y que les sirve a ambos de residencia en Barcelona.
4 comentarios:
Ja! Buen punto.
EIII, soy asturiano de cudillero, OK por el coment
Muy bien...ahora ya solo te falta decir todo lo que has callado, porque...callas demasiado. Indudablemente no soportas a Woody Allen, cosa no tan inusual por cierto en el mundo del cine, pero sinceramente creo que pocas cosas hay mas fáciles que que no te guste Woody Allen y criticarlo. Es extremadamente sencillo. Vamos, que lo pone a huevo. Pero a ver, dinos, ¿porque lo odias tanto? Al menos argumenta.
No puedo argumentar. Lo siento. Cuando me pongo frente a una de sus películas, solo una “sensación” me acorrala…sueño…sueño...sueño....Lo siento.
Del sueño al odio hay un buen trecho, que no sigo ni pienso seguir. Solo espíritu contradictorio, que nace por defecto en cuanto aparece el aprobado del entorno, de la mayoría, de la masa, de ellos.
http://espaciodedonyamanolita.blogspot.com/2007/01/el-gento.html
Publicar un comentario