LLUIS LLACH CAMBIA EL MICRÓFONO POR LA BOTA DE VINO
Nuestro querido paisano ampurdanés, el extrovertido y animoso Lluís Llach, ha decidido cambiar el oficio de trovador de Verges, por el de vinicultor en Porrera. Aquí nos deja su piano cojo, su sintetizador sin enchufe, el PC Pentium II no configurado, los micrófonos abollados y su gorra descosida, aparte del disgusto que tiene encima el “hereu” de Can Juliá que ayer entró instancia en el ayuntamiento de Verges para ver quién paga los desperfectos en el muro de su castillo, destruido en parte por la marabunta que acudió a ver su concierto de despedida y quien nivelará sin costes sus campos que han sido utilizados como parking del evento.
En su nueva morada, la masía familiar de Porrera (Priorat), ha descubierto una nueva manera de vivir, ha montado una bodega y hace vino, pero no un vino, si no algo más que un vino, hasta tal punto que ha cambiado su status de “abstemio ampurdanés” por el de “xuflas del priorat”, y todo gracias al mosto fabuloso rico en azucares que emana de sus cepas.
En compañía de su amigo el “Notas” (notario, también aburrido y también ex-abstemio) han decidido bajo los efluvios de sus caldos aceptar la oferta de José Luis Moreno, empresario audiovisual, productor, presentador de televisión, actor y ventrílocuo para montar una cadena de bodegas franquiciadas por todo el mundo, donde además de su vino, encontraremos lo mejor en montaditos andaluces, siempre acompañados de la alegría típica catalana y actuaciones en directo de Poetas cantautores y grupos musicales con marcado compromiso político. “La ternura es revolucionaria” o “Visca el priorat” podrían ser algunos de los nombres escogidos para las bodegas, discuten mientras catan.
Andan preocupados los amigos que hasta ahora consumían los vinos de Lluis, creen que los precios se pondrán por las nubes por culpa de Moreno, que todo lo que toca se convierte en oro. Jesús Vázquez, Boris Izaguirre, Nacho Duato, Moncho Borrajo, Ventura Pons, Eloy de la Iglesia, Rafael Amargo, Juan Goytisolo, Eduardo Mendicuti, Miquel Iceta y otros muchos, se desplazan en romería a sus bodegas porreranas de Vall Llach con la intención de adquirir el máximo número de ampollas de “Embruix de Vall Llach” vino agradable en la recepción en boca pero capaz de complejidades gustativas y olfativas potentes, que satisface tanto al "connaisseur" exigente como al consumidor casual.
Lluis, te queremos, no olvides L'Empordá.
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