Un empresario no contrata a un nigeriano porque su perro es racista

Acrobátic Press Bruselas
Un empresario belga, probablemente seguidor incondicional de la filosofía del antiguo rey Leopoldo II de Bélgica, saqueador y genocida oficial del Congo, ha denegado un puesto de trabajo a un ciudadano nigeriano ya que según dijo su perro era ¿como él?, un racista y mordía a personas de raza negra, informaron el sábado los medios belgas. El nigeriano de 53 años, descendiente de una tribu originaria de Botswana (su tatatarabuelo estuvo una larga temporada disecado en un museo de Bañolas en Gerona), dijo al diario De Standaard que llegó al negocio de hierro forjado del empresario belga y fue inmediatamente acosado por el perro.
El empresario alejó al hombre (no se especifica con qué) incluso antes de que pudiera entrar, escribió una carta a la oficina laboral diciendo que no podía contratar al hombre debido a su raza, y añadió que había riesgo de que su perro le mordiera.«Mi perro es racista. No yo», dijo el belga a De Standaard.
El nigeriano, que lleva viviendo en Bélgica 32 años, dijo que el no utiliza el sistema que usan en España miles de emigrantes, solo busca trabajo y que no es la primera vez que era rechazado debido a su color, aunque otros empresarios han sido más sutiles. Dijo al diario que no denunciaría formalmente el caso porque no quería que su familia en Nigeria se enterara del incidente.
La noticia parece que ha hecho gracia en Vic, Torello, Manlleu y zonas limítrofes donde el nuevo partido Plataforma per Catalunya tiene multitud de simpatizantes. Que ahora empleen o no la táctica del perro ladrador para alejar personas non gratas de sus casas, fincas o negocios es solo cuestión de tiempo. En los bares locales, el chiste del momento es saber si los perros sabrán distinguir también a los ciudadanos marrones.