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JRMora humor gráfico diario

26/3/07

ALCUBLAS



Hablando de mil cosas mi mujer y Mª Ángeles, prima y natural de Llíria, comentó que iba a pasar unos días falleros en una casa rural de Alcublas. Mi señora (águila cuando interesa) pilló al vuelo el mensaje de su amiga y al segundo estábamos organizando la escapada.
El día D, preparado el equipaje, salimos con Edu Jr. y sus novillos en dirección al pueblo, el chaval estuvo varios días en verano y era feliz, conocía gente y allí estaban Zoe y Anibal, sus primos del alma. Viaje rápido y sin problemas, llegamos antes de la comida, nos esperaban.
Alojados en “El Collao de la Seca” casa con cuatro habitaciones y un restaurante donde se comía bien, tuve la primera sensación, el silencio, no recuerdo sensación igual, suerte tenían los antepasados y los Alcublanos.
La otra cara de la moneda estaba en Valencia, encontramos amigos de Playa entre la multitud, increíble. Gente, fallas, petardos, truenos, bombas, fiesta, horchata, fartons, mascletá, espectáculo, fallas inmensas a escasos metros de las casas, menudo apuro para los bomberos.



La paellita de Vidal...

Fuimos de excursión a los molinos, abrimos el apetito y observamos desde el cerro, la olla donde se emplaza el pueblo, a lo lejos El Callao de la Seca y frente a nosotros a un par de kilómetros, el antiguo pajar restaurado donde nos íbamos a "poner con la arrosá”. En el paraíso, andábamos acompañados del perro local “el chiqui” que corría detrás de los críos.



Manolo, Eva,Tona y MªAngeles

Con Vidal, cocinero de paellas, Tona, señora encantadora, familia, amigos y Manolo, aspirante a la alcaldía, anfitrión y guía turístico ejemplar, pasamos horas de difícil olvidar. El arroz salió que no sobró un solo grano. Y no veas el flan, con leche de la cabra del “Chichi”, personaje inteligente y curioso que la muñió para la ocasión.



El Tio Masclet

Entre los detractores y los fanáticos de las fallas, nos quedamos con el Tío Masclet...de Ruzafa, auténtico defendiendo lo suyo.
Pasado el Kid Kad, volvimos a casa disfrutando con las retenciones que nos escoltaron durante más de cien Kilómetros.

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