PERDIGÓN

Íbamos los amigos a bañarnos al “Pochingo”, abajo de la presa había unas balsas de piedra pulida por el agua que eran como piscinas, allí pasábamos las tardes gloriosas del verano.
Arriba de la presa se bañaban los mayores, tenían pelo.
Un día apostaron con el “Perdigón” que éste, se tiraría desde lo alto de un chopo al río. Perdigón era redondito, como un cerdito, muy bromista y simpático.
Ante la expectación de todos, Perdigón se lanzó al agua, como una flecha, con el pitorrito al aire, parecía un botijo.
Entró en el agua como un rayo y pasados unos instantes, angustiosos, Perdigón no salía.
Se tiraron al agua a buscarlo y para alivio de todos, apareció al otro lado de la presa, saludando con la mano. Había atravesado el río nadando por debajo para gastar una de sus bromas.

The Ximplet