Albert Boadella no volverá a trabajar nunca más en Cataluña

Las obras de mi paisano empordanès (de adopción, igual que yo), acostumbran a tener una fuerte carga crítica y satírica especialmente con el poder establecido y con cualquier poder fáctico. Por esto ha sufrido multitud de problemas con autoridades políticas de distinto signo.
Uno de muy sonado con las autoridades, tuvo lugar en 1977. Por La Torna fue encarcelado y sometido a un consejo de guerra por un presunto delito de injurias al ejército español. Seguidamente protagonizó una espectacular fuga de la cárcel y posterior huida a Francia. En 2003 ofendió de nuevo a la derechona nacionalista, escribió el guión y dirigió la película "Buen viaje, excelencia", una caricatura de los últimos meses de vida del general Franco.
En la actualidad se opone a la deriva catalanista del PSC, que atribuye a raíz del Pacto del Tinell. Siempre ha sido muy crítico con el nacionalismo catalán, de derechas o de izquierdas, ha hecho furibundas críticas públicas a Jordi Pujol y a ERC. Como consecuencia, han proliferado de debajo de las piedras infinidad de enemigos, tanto en el mundo teatral, como en el mundo socio-político. Ha sido ninguneado durante años en las televisiones públicas, y varios medios de comunicación escritos catalanes.

50 segundos le son suficientes para rendir homenaje a la prensa local.

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Hoy, para tristeza de muchos, Albert Boadella, ha anunciado que no piensa volver a actuar en Cataluña, decisión que ha calificado como "una derrota placentera". Ni siquiera su último acto ante la prensa lo ha querido organizar sobre la tierra que le vio nacer, ha presentado su último Premio Espasa de ensayo “Adiós Cataluña”, en una golondrina que ha salido esta mañana del puerto de Barcelona. El título de su último libro, ha dicho el dramaturgo, no es metafórico sino real. "Acabo capitulando frente a la tribu desquiciada por la endogamia y la paranoia". La campaña en contra de su producción teatral la atribuye Boadella al nacionalismo catalán, al actual Gobierno de la Generalitat y al PSC. Con esta decisión, asegura el artista, ha conseguido quitarse de encima un "lastre" y también que Cataluña le importe "menos que Birmania". Boadella no entiende porqué en el resto de España "llena" los teatros desde hace años, y no le ocurre lo mismo en Cataluña, donde la "mayoría silenciosa" no va a ver sus obras.
Albert comenta que no dejará físicamente el territorio catalán, "el clima es benigno mientras los nacionalistas no pueden cambiarlo". "Seremos como las empresas de calcetines que tiene las fábricas en Taiwán y los venden a todo el mundo menos a los taiwaneses".