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JRMora humor gráfico diario

3/6/07

Los fantásticos beneficios del sentido del humor


Carlos Alemany en su libro “El Valor Terapéutico del Humor”, cuenta que el sentido del humor empieza a tomarse en serio en nuestro país. Últimamente psicólogos y psiquiatras están sumando esfuerzos para estudiar cómo el humor puede ser útil en el tratamiento de sus pacientes. Prueba de ello es que cada vez hay más publicaciones sobre el efecto favorable de la risa y el sentido del humor en la química cerebral y en el sistema inmunológico.
María Pallarés (http://mproactiva.com/) nos comenta en "la flecha" que tener sentido del humor no significa ser un payaso o pasarnos el día contando chistes. Se trata de responder con una actitud positiva ante los retos o situaciones difíciles que nos encontramos en el día a día. El humor nos permite enfrentarnos a una situación difícil sin dejarnos secuestrar por las emociones negativas. Nos ayuda a crear ambientes más relajados y favorables para la toma de decisiones y la solución de conflictos, y nos protege, contra el estrés. El sentido del humor nos permite ver los problemas desde otra perspectiva, con mayor flexibilidad y distanciamiento. A través del humor la persona se siente inducida a abandonar su manera habitual de mirar las cosas (su lógica o su sentido de lo obvio) y a adoptar una manera más amplia que incluye lo cómico y nos mueve a cuestionar lo serio.
Dña. Manolita coincide absolutamente con los expertos en el tema, que consideran que la esencia del humor está en la capacidad de reírse de uno mismo(www.educahumor.com/html/german_payo.html). Esta actitud se admite como signo de inteligencia y de buena salud mental. Reírnos de nosotros mismos significa que estamos a gusto en nuestra piel, a pesar de nuestras imperfecciones; que nos aceptamos como personas que pueden equivocarse. Si alguien se ríe de nosotros no nos importará demasiado porque nosotros nos habremos reído primero. El sentido del humor es un buen antídoto contra el miedo. Reírnos de las cosas que nos asustan las vuelve menos amenazantes. Además, las personas que son capaces de reír ante los contratiempos dejan de sentir lástima de sí mismas. Y es que no podemos sentir lástima y reírnos al mismo tiempo. Nuestro cerebro no puede actuar según dos órdenes opuestas.
Al otro lado del atlántico (the yankis), los libros y cursos sobre el humor en el trabajo se multiplican día a día. Hay empresas de primera fila que integran el humor en sus programas de formación y que incluyen, en la retribución de sus directivos, un plus, según lo divertido que resulta trabajar con ellos.
En España hay algunos expertos que se dedican a transformar empresas serias y aburridas en organizaciones alegres, estimulantes e imaginativas. Ver, sino, el trabajo de Eduardo Jáuregui (http://www.humorpositivo.com/).
Vistos sus innumerables beneficios, es de esperar que muy pronto se desarrollen programas para implantar el sentido del humor en las empresas. Demostrado está que la política del miedo es una estrategia de dirección completamente ineficaz. El sentido del humor no está reñido con la profesionalidad ni con la productividad ni con la seriedad ¿Por qué no fomentar, entonces, el buen rollo?
Querido lector anónimo…está en tus manos... mejora el sentido del humor.
Las referencias citadas, corresponden a MªPallarés

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