Que corra el dinero, profavó.
Finales de Mayo, un pequeño pueblo de la costa brava que antaño disfrutó de múltiples invasiones turísticas.
De lunes a viernes no hay nadie en los distintos centros comerciales, ni en los bares, ni en discotecas, ni por la calle.
Es un pueblo fantasma.
Casi todos los empresarios y trabajadores tienen deudas y viven como pueden, muchos a base de créditos.
Por fortuna, llega un ruso forrado y entra en uno de los pocos hoteles abiertos.
Pide una habitación.
Pone un billete de 200 € en la mesa del recepcionista y se va a ver las habitaciones.
El jefe del hotel lo ve, agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.
Éste coge el billete y corre a pagar su deuda con el de la tienda de pantalones, le quedó a deber un par el otro día.
A su turno, éste se da prisa a pagar lo que le debe al lampista, le cambió unas luces de la tienda.
El lampista coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con el proveedor de sanitarios que a su vez paga a Louise, prostituta de la zona a la que hace tiempo que no paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito.
La prostituta coge el billete y sale escopeteada para el pequeño hotel donde lleva a sus clientes, ya que debe un par de visitas.
En este momento baja el ruso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones, dice que no le convence ninguna, el pueblo le ha desilusionado, coge el billete y se va de la ciudad
Nadie ha ganado un duro, pero ahora todo el pueblo vive sin deudas y mira el futuro con confianza.
APRENDIZAJE: SI EL DINERO CIRCULA SE ACABA LA CRISIS
1 comentario:
menos mal que no bajo antes!
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